mercado la buena vida
De antigua cochera, a mercado ecológico.

Si París es la ciudad de la luz, y Nueva York la que nunca duerme, ¿qué podemos decir de Madrid? Como siempre me parece una cursilada el “de Madrid, al cielo”, diría que es esa urbe de la que sus vecinos huyen en agosto y suspiran con hacerlo cada fin de semana. En ningún rincón de España se añora tanto un pedacito de pasto como aquí. Pero como no siempre puede Mahoma ir a la montaña, ahora le toca al campo acercarse a Madrid. Al menos eso es lo que persiguen los responsables de La Buena Vida, el mercado de productos ecológicos y artesanales que se celebra en pleno corazón de Madrid, junto al Caixaforum.

Si alternativo es el modelo de producción que defienden, alternativo también es el modelo de mercado que ofrecen: sólo tiene lugar los primeros sábados y domingos de cada mes. El mercado se viene celebrando desde febrero y de momento el éxito sonríe a la iniciativa. Y no penséis que sólo pululaban por aquí gafapastas y amantes de lo verde, porque los niños y el colectivo de ancianos del barrio también abarrotan los puestos. ¡Bien lo saben mis riñones, maltratados por varias inocentes abuelitas en su camino hacia los productos que daban a probar!

casa pías
Casa Pías, comida de mercado… ¡en pleno mercado!

La Buena Vida ocupa un antiguo garaje. No me digas que no han acertado los organizadores plantando un trocito de verde en plena ciudad. Me confesaban que es difícil saber quiénes acudirán de forma permanente todos los meses a vender sus productos, pero de momento los consumidores tienen mucho donde escoger. Con las cosas así, cada mes se podría escribir una entrada distinta, así que os cuento lo que vi yo la última vez que fui. Nada más entrar, plantones y semillas para quien quiera hacerse un huerto en la ciudad, una barra con cerveza artesanal, y verdura y huevos ecológicos con récord de codazos en la cola (aunque allí no regalaban nada…)

Con la tercera edad abriéndose paso a codazos entre puerros y cebolletas, a los niños no les queda otra que acercarse al puesto de naranjas ecológicas. Mientras, los papás se regalan un vino y unas tapas en otra barra. Más allá venden conservas de la huerta murciana, y como se pueden catar, de nuevo hay que luchar cada palmo del terreno con la ancianidad. Pruebo la mermelada de cerveza –sí, sí, has leído bien- y la encuentro, además de original, muy sabrosa.

mermelada cerveza
Nada mejor para la resaca que desayunar con mermelada de cerveza.

Me planteo si apadrinar un olivo después de degustar un aceite de Carabaña. De muy cerquita, de Chinchón, llegan productos de matanza casera, y excuso contaros quiénes colapsan el mostrador para probar tanta chacina. Jamones de Guijuelo en un puesto cercano; al lado, quesos y yogures; y panes artesanales para acompañar el embutido.

¿Quiénes vendrán el próximo mes? De los vendedores, nada se sabe, pero mis queridos vejetes no faltarán a la cita. Y a no ser que algo se tuerza, también iré yo, aunque esta vez ni saldré de casa desayunado, ni me dejaré la faja anticodazos en el armario. ¡Larga vida a La Buena Vida!

La Buena Vida
c/ Gobernador, 26. (Ver mapa culinario)
Horario: Sábados y domingos primeros de mes, de 10:00 a 15:00 h.